Déjame buscarte en el otro espacio, aquel que fue blando y azul. Escucharte sin los tráficos recurrentes, sin huellas removidas. Déjame volver hablarte en nuestras desveladas madrugadas. Embriagadas. Déjame revivir tu compañía, por lo menos déjame intentarlo. Déjame provocar aquella sugerente mirada. Déjame en blanco o en negro. Déjame, por lo menos, desvanecer la idea de que éstas sin estarlo.
3.14.2008
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